En nuestro anterior artículo de ” ergonomía para no ergónomos ” vimos cómo aprovechar el espacio para hacer una distribución adecuada de los elementos mediante el uso de las zonas de trabajo.  Sumaremos a este conocimiento el concepto de los planos y espacio de trabajo y para ello lo primero que les pediré es que traigan en este momento a su mente la imagen de su postura sentados en la silla, ahora les voy a pedir que se ubiquen de manera lateral para hacerles una fotografía.  Quizás se parezca a alguna de estas: Lo común en ellas es que ninguna es buena o mala, porque pueden representar momentos específicos en los que hemos cambiado de postura para relajar los segmentos corporales.   Lo preocupante es que algunas de ellas se mantengan por periodos de tiempo muy largos o sean nuestra postura de trabajo principal.  Entonces nos enfocaremos en esta última, es decir la “postura principal o de referencia ”.  Esta postura es la que determina de alguna manera nuestra elección inconsciente (antes de leer esto) y ahora consciente por optar una postura sana, productiva y si lo desean exitosa. En ergonomía la postura sana y efectiva que deseamos como postura principal es aquella en la que logramos los ángulos de confort que optimizan el esfuerzo muscular y alargan la sensación de bienestar físico, porque respetan el diseño de la estructura osteomuscular de nuestro cuerpo. Los ángulos de confort postural a los que haremos referencia son los siguientes:

1. El ángulo formado por el tronco y el muslo, y que debe ser aproximado entre 90 y 100 grados.
2. El ángulo de flexión formado por el brazo, que debe ser aproximado de 90 grados.
3. El ángulo formado por la flexión de la pierna, que debe ser aproximadamente de 90 grados.
4. Posición del cuello en postura natural.

Que acciones en ergonomía debo aplicar?

Entonces nuestro objetivo es que la estación de trabajo esté configurada de manera que nuestro cuerpo pueda adoptar una buena postura principal o de referencia y para ello haremos las siguientes 5 acciones:

1. Apoya firmemente la espalda contra el espaldar de la silla.
2. Ajusta la altura del asiento de manera que el codo quede a nivel de la superficie de trabajo. Para ello deja caer tus brazos relajados, flexionados en un ángulo aproximado de 90 grados y pegados al tronco.
3. Busca que tus pies estén firmes y apoyados de manera que las piernas tengan un ángulo de flexión aproximado de 90 grados. Si notas que esto no sucede tendrás dos posibilidades: adaptar un apoya pies en caso de que estos queden colgando, o ajustar a la altura de la superficie si esta permite la graduación de altura.
4. Es el momento de ajustar la altura del monitor de manera que el borde superior de este se encuentre a la altura de los ojos manteniendo el cuello en postura natural, lo cual logras cuando miras al frente.
5. Por último, valida que hayas hecho los ajustes necesarios para lograr los 4 pasos anteriores.

Si deseamos lograr una postura efectiva mi recomendación es atender de manera integral los aspectos mencionados, ya que se puede caer en lo que yo denomino “vicios de forma” que no son más que cambios parciales en la postura y que al final no tienen el impacto esperado.  En varias oportunidades cuando he asesorado Compañías he observado cómo se han implementado cambios para mejorar solo un aspecto y citaré los casos más comunes: Se eleva la altura de los monitores únicamente y no se considera por ejemplo la postura de los brazos y de las piernas, lo cual trae como consecuencia que las personas apoyen sus pies en la base de la silla anulando el apoyo de la espalda en el espaldar de la silla, ó las personas bajan la silla para apoyar los pies y sus brazos quedan elevados aumentando los requerimientos de esfuerzo en los hombros. Otro caso frecuente es corregir la postura de los brazos de manera que el codo quede a la altura de la superficie como ya lo hemos explicado y proporcionando el apoyo adecuado de las piernas, pero la altura del monitor no se modifica. En este caso hay dos posibles salidas que tiene el cuerpo para adaptarse: ir hacia adelante encorvando la columna para ajustar el plano visual anulando el uso del espaldar ó recostarse en la silla encorvando la columna volviéndose esta la postura principal. La reflexión es que si vamos a hacer una intervención en ergonomía, es mejor hacerla completa ya que las modificaciones parciales al final solo inducirán a otras posturas forzadas igual o más perjudiciales que la que buscamos aliviar. El equilibrio en este caso es muy importante. Las soluciones para definir una ayuda ergonómica dependerán de hacer este ejercicio. Lo importante es que al final se logren las condiciones necesarias para tener una buena postura y que esta se convierta en nuestra postura de éxito, que hable de lo bien que nos sentimos y como esto se alinea con el logro de nuestros objetivos en el trabajo. (ver “Y que tiene que ver la postura con el éxito”) Ahora ya manejamos 2 conceptos fundamentales para tener una estación de trabajo que nos permita tener un desempeño efectivo. En nuestra siguiente y última entrega de ergonomía para no ergónomos hablaremos del espacio de trabajo y su importancia. Carlos Andrés Villalobos E. Facilitador en Ergonomía y Confort de estaciones de trabajo Artículos relacionados: Ergonomía para no ergónomos 1 ¿ Como elegir el producto ergonómico adecuado ?

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